"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 31 de diciembre de 2006

Los cuerpos del tiempo




Como estatuas vivas. Relieve de perfil: un tiempo se acaba. Frontal: un tiempo nos recibe. La blancura del abandono y la claridad de lo desconocido se relevan. Las sombras como testigo a tomar. Una cabeza se hunde en su transcurso. Otra se vuelve a un lado para percibir lo aventurado. El tiempo: siempre manifestándose a través de territorios curvos, angulosos, tersos o encogidos. Atrapándonos. Distante y próximo a la vez. Envolviéndonos. Generoso y frugal con frecuencia. Ángel de nuestras posibilidades. Fértil y yermo. Cada uno. Capturemos las sombras, para que al menos sean las nuestras.


N.B. El calendario, mero intérprete convencional. Pero esto fue ayer también y anteayer y antes más todavía...




(Recordando las estatuas de la Aurora y del Crepúsculo en la tumba de Lorenzo el Magnífico, en Florencia)

4 comentarios:

  1. Pues se puede interpretar de otra forma, la estatua que se gira yo la imagino despidiendo al crepúsculo y la que se inclina sobre si misma, bien podría estar soñando con la aurora que sucederá a la noche. Una de las cosas que más aprecio de mi existir es la variedad de posibilidades que hay en cualquier pieza, situación ... en la que posas la mirada.

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    1. Por supuesto. Es lo que llamamos varias lecturas, o al menos más de una. Lectura en el sentido de interpretación, sea una obra plástica, un texto o un comentario oral. No obstante también hay que admitir la intención de un autor, que a veces es muy ceñida al encargo. Pero precisamente los buenos autores plantean sus obras con ángulos diversos para que se nos permita esa libre interpretación o una interpretación más allá.

      Curioso que veas estos cuerpos como estatuas. Maldita sea, ¿por qué no pondría yo entonces el nombre del fotógrafo autor de esta imagen?, y mira que no me viene de memoria.

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    2. Si que es curioso, ahora que me fijo bien veo el pelo, pero cuando las vi por primera vez me parecían una escultura.
      Lo de no apuntar el nombre en su momento pasa muy a menudo.

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    3. O acaso en el lugar donde aparecía la foto no venía o entonces no tenía la costumbre cortés de indicarlo, no lo recuerdo.

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